lunes, 30 de diciembre de 2013

¿Qué tal vuestras navidades?

Bueno, la mía tuvo una cuota de sencillez que agradecí. Una cuota que me ha hecho pensar que me he parado más positiva ante el mundo (aunque no menos cansada o deprimida).
Todo partió en mi trabajo, con tristeza ante los despidos de algunos compañeros, pues este trabajo es literalmente una casona antigua y así la han mantenido, buscando que todos nos relacionemos entre todos, así que felices de ser parte de este hogar, pero triste por quienes nos han tenido que dejar.
También decidí hacer unos pequeños regalitos a mi familia. Los hice a cada uno de ellos en figurillas del material de los palitos de helado, ha sido muy divertido, pues aunque no supiera como iba a funcionar a cada uno le ha gustado su propio yo miniatura y hasta mi abuela se animó a jugar.
Ha sido la primera navidad sin mi abuelo y la hemos pasado sólo los seis (padre, madre, hermano, tío, abuela y yo).
Una copa de espumante servida al centro en honor a mi tata, llantos, risas y reconexión.
A veces, la vida nos aleja, pero es lindo saber que el amor nos sigue uniendo y que sabemos que aún podemos llorar los unos frente a los otros, que podemos reír y seguir jugando.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Conversaciones con mi gata

No sé preocupen, no les relataré las interminables conversaciones que tengo con la Rufa cuando llego del trabajo o por las mañanas antes de salir. "Conversaciones con mi gata" es el libro que M. me ha regalado para la navidad. Es del autor Eduardo Jáuregui, que es psicólogo.
Habiendo estudiado literatura, puedo decir que hay tres cosas que destacar:
 
1) Que me la regaló M, así que inevitablemente pasará a mi colección de libros :)
2) Que una gata habla.
3) Es ligero y rápido.
 
Es decir, el libro no les va a cambiar la vida, ni se puede hacer una análisis literario profundo, pero si están descansando, que mejor que leer algo livianito.
 
Lo malo es que a ratos parece libro de autoayuda con los pasos para conseguir la felicidad al estilo yogui, estilo que esta demasiado de moda para ser de mi agrado -porque a cada rato te dicen que tienes que hacer para ser feliz, diciendo que son abiertos, pero a la vez atribuyéndose la verdad- y que no considera un montón de cosas vitales.
Además, la gata invitaba a la humana a ser vegetariana, eso era incoherente. Seamos realistas, que mis gatas me dirían, comamos atún todos los días y abres un tarro para cada una, démonos un festín. Así que aún habiendo hecho el pacto del lector con el libro, aceptando que la gatita fuera yogui y hablara, aún así era incoherente que le dijera al humano que tenía que ser vegetariano y que supiera un montón de cosas que, en teoría, ella no sabía porque ella era gato. Además que también era incoherente que con un cambio de dieta radical no se le produjera ningún cambio en el estado de ánimo. Yo que lo he hecho por salud y que sé que efectivamente mi cuerpo esta mejor sin ciertos alimentos, los cambios que se producen en tu interior salen a golpearte y se traducen en ser un ogro, al menos hasta que te acostumbras a una nueva manera de alimentarse completamente radical. Y eso no es romper el pacto de lectura porque el libro tenía ese aire realista donde la única irrupción fantástica era la gata y que dejaba abierto el hecho de que la protagonista se inventó en su cabeza las palabras de la gata.
 
En fin, el libro es entretenido, tiene una prosa liviana y atractiva y si gustan de los felinos, pues entonces, puede ser una buena elección para las vacaciones.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Conversación en una peluquería

- ¿Qué corte quiere?
- Quiero que me corte sólo las puntas.
- ¿Pero recto o melena?
- Ehm... no sé. Sólo me quiero cortar las puntas porque se me están quemando, un dedo por favor.
- ¿Uno o dos dedos? Debe ser una melena...
- Uno, por favor. Si está muy dañado, que sean dos, me da lo mismo.
- Ya, un dedo.
 
La peluquera empieza a cortar el pelo.
 
- Tiene hartas canas usted.
- (¿No, en serio?) Si.
- Muchas canas.
- (Uhm, seguramente no me las veo... bueno, en verdad no me las veo porque apenas me miro al espejo... pero sé que las tengo). Es hereditario.
- ¿No ha pensando en teñirlas?
- (Con lo poco que me insisten) No por ahora.
- Debería teñirlas, es tan joven.
- (¿Debería? Ja, una vez me eché algo que tenía menos componentes químicos que una tintura y me ardió la cabeza como los mil infiernos, ¿¡Cómo se echan eso en la cabeza!? Si arde, arde, ¿¡Cómo no se les cae el pelo!? ¡Me niego rotundamente!) Aún no.
- (Una pequeña pausa) Debería hacerse algo más natural...
- (¿Más natural que tener las canas naturales?) -Silencio-
- Si, hacerse unas mechas...
- (Esa tortura medieval donde te sacan mechas con una aguja, te hacen tostar la cabeza y ni sientes la tintura con el dolor que te provocan en el cuero cabelludo) Silencio.
- ... Es tomar algunas mechas y bajarlas un color, te ponemos un casco de plásticos y sacamos algunas mechas muy delgadas...
- (Silencio)
- Se ve súper bien.
- (¡A qué hora se termina esto, si es cortar las puntas no más) Mmm
- (Silencio)
- (Más silencio)
 
Tic-tac, tic-tac, tic-tac.
 
- Listo.
- Gracias (mientras empiezo a levantarme de la mesa).
- ¿No quiere verse?
- Bueno, gracias, se ve bien.
- Debería venir cada dos o tres meses.
- (¿Para teñirme las canas?. Ah. Gracias, que les vaya bien.

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Debo ser la peor conversadora en las peluquerías.

martes, 17 de diciembre de 2013

Desconectada

Hace un tiempo se quemó el cable de mi mac, así que me quedé con una cafetera que me han prestado -¡gracias mamá!-.
Al principio, mi dependencia a estar conectada, me hacía aceptar la lentitud del computador hasta que me aburrí. Desde que empecé a llegar más temprano a mi casa, en vez de conectarme, comienzo a leer. Al fin, terminé "Danza de dragones" el quinto título de "Canción de Hielo y Fuego". 
Coincidió este tiempo con la llegada de los libros que aproveché de comprar en el ciber monday, así que me la he pasado muy bien estos últimos días leyendo "Lugares con genio" de Savater, un libro donde Savater nos hace un paseo de los lugares donde residieron grandes escritores, ha sido gustoso.
Un día me gustaría visitar todos esos lugares con M, bueno, no todos, pero si los de mis autores favoritos. Tras leer este libro descubrí que quiero conocer Portugal, la tierra de uno de mis favoritos, Saramago.

Es extraño, ahora he empezado a desconectar el celular por las noches -para que no me llegarán mensajes del trabajo- y siento que aunque paso menos tiempo en el computador, mi conexión es de mejor calidad. 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Las vidas de los lectores.


 
 
Se dice que los lectores viven muchas vidas, pues no sólo viven la propia, sino la de los libros que han leído.

No es una casualidad que la mayoría de los grandes escritores hayan sido grandes lectores, como Cervantes o Borges, ambos declarados grandes lectores; así Borges se jactaba de ser mejor lector que escritor.

Lo maravilloso del lector, es que aún sin salir de su metro cuadrado puede conocer el mundo, no sólo este, sino abrir su mente a los mundos posibles, a las bibliotecas infinitas, a mundos mágicos, a criaturas fantásticas. Puede descubrir lo maravilloso de lo cotidiano, leyendo a Cortázar con sus instrucciones para subir escaleras o a Saramago contando la vida de su reloj de cuerda.

Y eso me permite cada vez entender más la misteriosa frase de que uno puede conocer el mundo desde la ventana del pueblo más pequeño, como postula una famosa escritora. La ventana, uno de los lugares favoritos del famoso Kafka, la ventana desde la que miraba al mundo con ojos inquisidores, detallistas.

Puedes conocer muchos mundos o viajar por los pensamientos más profundos de un personaje. La ventaja del lector frente al no lector es que quien lee ha vivido miles de vida, se enamora, se cae, se levanta, viaja, conquista reinos, asiste a bailes y todo sin salir de su pequeño pueblo.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Tutoriales v/s realidad

Hace poco vi una imagen muy sencilla para hacer un diseño en las uñas. Era pintar, pegar un par de papeles y ¡magia!,
Lo intenté hacer y eso nunca pasó, bueno, no fue tan fácil. Luego de mucho intentarlo y hacer varias veces el intento, una de las diez uñas me quedó bien. No digna de un tutorial, pero bien para ser real.
Supongo que los tutoriales son como las teleseries y la publicidad, aparentan que todo es simple y fácil, sólo bastan un par de simples pasos y llegas a la perfección. La realidad es todo lo contrario, quizás el antónimo de la facilidad, incluso de la simpleza... porque mucha vez lo que aparenta sencillez es el resulta de un complejo proceso intelectual. Y la perfección no pasa de ser una aspiración, un anhelo, un imposible.
Así que mientras me he vuelto a sentir engañada por un tutorial, pienso en la complejidad de la vida... a veces me gustaría que se pareciera más a un tutorial y que en unos simples paso estuviera todo resuelto... pero supongo que la riqueza de la vida es precisamente su complejidad y como perseguimos -anhelantes- la sencillez y la perfección, ideales inalcanzables, pero que son reales en cuanto los perseguimos.

martes, 10 de diciembre de 2013

Entrada sin título


Ahora último paso publicando sin título, no es que publique demasiado, pero lo que he publicado, va “a la buena de Dios”.

Lo cierto es que nunca he sido buena con los títulos; en la universidad me daba muchos problemas, a veces demasiado clichés o muy aburridos, que no resumían bien el contenido, así que me asusté tanto, que dejé de poner títulos y ponía meras descripciones.

Eso me ha significado un problema con los cuentos y, a veces, hasta en el trabajo. Es como si mi creatividad desapareciera ante la posibilidad de un título. Cuales pájaros confianzudos si escapan de mi por más que los persigo.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Una persona me mostró la imagen de un barco volador y me dijo que escribiera algo corto y rápido a partir de la imagen. Como me pareció algo divertido, me anime a escribir lo siguiente:
 
A menudo soñaba con aves de metal surcando los cielos, aunque cuando niña la encontrarán extraña, pues los cielos estaban fuera de los límites de la normalidad… pero pasaron los años y la tecnología avanzó y fue invitada a subir a bordo de la SBVS para poder cubrir magno evento.
Y ahora había olvidado todas sus responsabilidades, sólo podía sentir el viento chocando contra su piel, entre sus dedos, podía tocar el cielo. Se sentía más viva que nunca y, aunque se acercaban a toda velocidad al Sol, el ave más temida en los cielos, gobernada por piratas, no tenía miedo.
No pudieron esquivarlo, así que dieron la batalla, no supo cómo transformaron su pluma en una pistola… Los tripulantes del SBVS lucharon contra los piratas del Sol, pero había pocos hombres de guerra, la mayoría eran ingenieros. Todo parecía relentizarse: veía los fuegos, veía las espadas y sabía que iban a perder. Sostenía su arma con firmeza apuntado y disparando, pero no estaba allí, sólo podía sentir la fascinación del cielo y del sol…
Y pronto se sintió caer, era como si el cielo no se fuera acabar nunca. SBVS estaba condenado a caer en los brazos del mar Dédalo.