viernes, 28 de septiembre de 2012

Tiempo Libre

Una de las cosas que más me sorprendió cuando leí Utopía, es que su autor Tomás Moro era un hombre que realizaba muchas actividades. A tal punto, que para poder escribir esta obra, tuvo que robarle horas al sueño.
Ayer, mientras llegaba a mi casa agotada y terminaba de realizar algunos asuntos cotidianos, me puse a pensar en eso. Ahora que estoy más corta de tiempo, cuáles son las cosas que más allá de las necesidades básicas (ojo que considero al amor dentro de los básicos) nos resultan vitales, es decir, cosas que nos hacen ser nosotros mismos, que tenemos la necesidad o el llamado de hacerlos.
Pensé que para mi, escribir es una necesidad vital y aunque no podré robarle horas al sueño (soy un demonio si no duermo), si le robaré tiempo a la comida para escribir, ¿por qué? Porque no solo de pan vive el hombre,
¿Cuáles son las cosas vitales para uds. Que no son básicas?

viernes, 21 de septiembre de 2012

¿Quién le da cuerda al reloj de Saramago?

Hasta hace poco años, nunca había muerto un autor literario que me gustara tanto y del que tuviera consciencia que murió.
Es tan extraña la sensación de extrañar a alguien que desconoces y, de pronto, de la nada lo recuerdas y toda esa semana no puedes dejar de pensar en él, así de simple, es que lo extrañas y simple.
He estado recordando mucho a José Saramago, a menudo me acuerdo de él, esa es la verdad. Siempre que pasó por cosas en la vida, pienso en él, o cuando me dicen que han visto a alguien parecido a mi, recuerdo el "Hombre duplicado". Si veo que la política anda mal, pienso en "Ensayo sobre la Lucidez". .. Saramago fue un autor prolífico y que tomo posición en un mundo que le hace asco a tomar posiciones respecto a temas centrales de la vida.


Sin embargo, estos últimos días he pensado mucho en su reloj a cuerda, ese que le regaló un amigo y que al principio le generó problemas, ¿qué haces con un reloj de cuerda de 1922 en la actualidad?, así que él decidió: "tratarlo como si fuese un animalillo doméstico. Pasa sus días echado sobre una pequeña mesa que hay al lado de la que trabajo y creo que es un reloj feliz." (J. Saramago).
Comento que también lo llevaba de viaje porque el reloj, lo merecía. Una de las cosas que más me hace cuestionar este reloj es acerca de la persona de Saramago, un alma profunda y crítica de su realidad, pero que era capaz de conectarse con el lado infantil. 
Extraño mucho que Saramago físico exista en el mundo y me pregunto, ¿quién le da cuerda al reloj de Saramago?, ¿seguirá siendo un reloj feliz?, ¿extrañara la mano que le daba cuerda cada día?

lunes, 3 de septiembre de 2012

Literatura de siglo de oro español y la vida


Podría decir, literatura y vida, pero últimamente me he estado acordando demasiado de mis referentes españoles.
Y es que es súper loco como llegue a la literatura española, una media casualidad, claro, sólo que nunca pensé que iba a llegar ahí y ahora como la extraño.
Hay gente, mucha gente, que piensa que la literatura es un medio de escape a la realidad y yo difiero. Yo creo que la literatura es diálogo directo con la realidad y los libros han estado muchas veces ahí para apoyarme en mis problemas reales.
Siempre me conmovió saber que ese libro me estremecía, me identificaba al punto de la catarsis y me ayudaba, aunque fuera escrito cientos de años antes y el autor jamás pensara que en Chile una mujer lo iba a estar leyendo. Si hay una sola razón en el mundo por el que soñé con escribir fue porque pensé que quizás en algún lugar del mundo y en algún punto del tiempo, esas palabras iban a conmover a alguien, o hacerlo enojar o identificarse o sentir. Siempre pensé en escribir como una manera de dar la mano de vuelta, de reflexionar sobre mi tiempo y sentirme menos sola.
La literatura para mi es vital, no es que no disfrute del goce estético, pero no es suficiente con eso. La literatura, para mi, es filosófica, porque se pregunta por la vida, sorprende y cuestiona. Que mejor ejemplo que el caso español, su literatura del siglo de oro esta cruzada de filosofía y extraño esas clases, extraño esos rostros y esos descubrimientos.
Y pienso en Segismundo y cuanto le hace falta al mundo un gobernante justo, un gobernante tan íntegro que nos contagie de su sabiduría, porque el mundo parece que hoy tiene más de bestia que de humano, más de oscuridad que de luz; pero cuando leo la Vida es Sueño pienso, hay que seguir creyendo todavía.