sábado, 26 de noviembre de 2011

Días de enfermedad

Estuve bien enferma y he de decir que no fue una experiencia muy grata, para nada. Dolor durantes días, imposibilidad de comer, fiebres altas y bajas de presión. por otro lado, pero pienso que no todo puede ser malo porque en estos días viví experiencias gratas, lo cual es súper contradictorio considerando que lo único que deseaba era que parara el dolor y que hubo días en que apenas estuve un par de horas sin fiebre.

Aún no me recupero, pero estoy en aquella fase en que ya puedo hacer algunas cosas como conectarme brevemente y la verdad es que eso lo agradezco. Es difícil desconectarse y estos días me sirvieron para redescubrir el dibujo. Había olvidado cuanto me gusta dibujar, nunca dibujé demasiado porque mi hermano dibuja muy bien, entonces, mis padres siempre alabaron ese talento de mi hermano y yo no lo tenía, así que en contraste no recibía elogios. Siempre me sentí a la sombra de mi hermano y, con los años, de otros amigos que dibujaban bien porque da la casualidad que conocía a ese tipo de gente con talento.

Ahora con el paso de los años, simplemente todos esos fantasmas han desaparecido y descubrí que me encanta dibujar, aunque sean simples o no muy bonitos. Lo disfruto. Así que el saldo positivo es ese y, por cierto, un montón de gestos hermosos de las personas que amo, pero esos me los guardaré para mi

martes, 22 de noviembre de 2011

Sobre huellas digitales

Tengo un montón de textos y temas para escribir, pero sólo puedo pensar en huella digital y porqué los lectores de huellas digitales no toman la mía. Bueno, no todos, pero si las del edificio donde me atiende el médico.
Una lata. Mañana tendré que ir de nuevo y levantarme mucho antes para comprar un bono porque a los tipos en cuestión no les conviene liberar mi huella... y después son los tipos que se preguntan porque si los índices económicos están tan buenos, la gente se queja.
Simple. Porque esos índices y las empresas son más importantes que la gente, porque son índices que no dicen nada sobre la vida concreta de la gente, sólo dicen que las empresas ganan aún más de lo que ganan. Y porque ponen los intereses de la empresa por sobre las personas, o sea, no es muy difícil de entender.
En fin, una cosa eso si, no me voy a quejar sólo por quejarme. Voy a la superintendencia de ISAPRES, si creen que no me van a liberar porque i-Med no quiere, que lo olviden.
En fin, estas situaciones y muchas otras me producen demasiada indignación y, por eso, tengo que comentarlas aunque nadie lo lea.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Hoy dejé el chocolate

En serio, fue una revelación.
Después de esos momentos de iluminación, fui directo a mi cajón de chocolates y empecé a regalarlos y destinarlos. Simple. Ya no eran para mi.
Decir que los dejé no es exacto, porque más bien es aceptar que ya no voy a comer más y que mantener mi cajón de chocolates es sólo una manera de no aceptar mi situación actual, que ya no podré comerlos.
No digo que no vaya a tener momentos de flaqueza, al contrario. Habrán muchos y se presentarán de diversas maneras, pero ya tomé una decisión y no es dejar algo que amo, es sencillamente aceptar lo que soy.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

De vuelta

Aunque no estaba disponible ser-en-el-mundo, creo que siendo-en-el-mundo es la combinación perfecta entre la ideología heideggeriana y la cervantina. Es tan simple y complejo como el hecho de estar haciéndonos a través de nuestra vida, acciones y opciones. Nos estamos construyendo constantemente y es por eso que tenemos la posibilidad de cambiar.
He decidido empezar un nuevo blog e intentar ser constante esta vez, como un ejercicio escritural.
Esto no es un blog filosófico, pero mi formación en filosofía siempre empapará lo que escriba, lo que piense y lo que haga, quizás exceptuando mi paseos al mundo culinario donde hablo sólo desde los sentidos.
Eso por ahora.